domingo, 8 de junio de 2008

Recuento de daños


Al hilo de mi post sobre el final de la cuarta temporada de House me he acordado que esta semana también he visto el final de Damages (o Daños y perjuicios, como la llamamos aquí). Otra serie sobre la verdad, aunque esta muy diferente. Aquí la cosa va de abogados, en particular de Patty Hewes, una inmensa Glenn Close, una de esas abogadas todopoderosas que tiene muchos cadáveres en el armario de su éxito y que está dispuesta a todo por conseguir lo que desea y conservar lo que tiene.

Esta serie de abogados recurre a una estrutura formal complicada, como un rompecabezas del cual conocemos el final (o al menos parte de él), pero no el camino seguido para llegar hasta él. Para ello hace uso del llamado "flashforward" que, a diferencia del flashback, nos adelanta el futuro pero en vez de explicar genera preguntas. En esta historia te ves obligado, casi de forma contínua, a plantearte el sentido de lo que ves, por que este sentido envoluciona con la misma historia hasta que todas las piezas se encuentran delante de tí. El sentido de este juego tiene que ver con la naturaleza de la historia, y en particular con la mentira y la manipulación. A lo largo de los meses que preceden a un juicio sobre un caso de estafa multimillonaria vemos desplegarse todo tipo de tretas sucias, chanchullos, trampas, secretos, en fín, lo mejorcito de cada casa, de manera que, de nuevo, el sentido de lo que pasa cambia y es necesaria una re-adaptación de nuestra visión de los acontecimientos.

En la serie, no importa tanto el saber quién son los malos (llegamos a la desoladora conclusión de que todos lo son), sino el ver como somos capaces de movernos por una especie de lucha de poder que, extrañamente, no tiene demasiado sentido. Saber lo que sucede no te deja más tranquilo.

De todas formas, la visión de Damages te deja con la sensación de que el mundo es un lugar cruel, que las preguntas complicadas siempre tienen respuestas equivocadas y de que conceptos como la honradez y el juego limpio son meras etiquetas para tranquilizarnos por las noches.

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