lunes, 2 de enero de 2012

Vida de esta chica


Sucede a veces que las decisiones que nos marcan, que se convierten en las mas importantes de nuestras vidas, son tomadas de manera casi apresurada, inconsciente, tal vez incluso sin tiempo para calibrar las consecuencias que, en muchos casos, ni siquiera se conocen o preveen.
Puede que ese sea el caso de Beatrice Hempel, una chica joven que se ve a si misma en el lugar equivocado, siendo maestra o profesora de unos chavales en los que se ve a sí misma no hace tanto, chavales que son talentos en potencia, vidas a punto de explotar, universos a punto de explosionar. ¿Y ella? ¿No tenía ese mismo talento?, ¿no estaba su vida a punto de explotar? Bueno, tal vez no, tal vez Beatrice solo es una chica normal, que de repente se ha visto encerrada en una vida de adulto, algo para lo que nadie le ha explicado como prepararse. Y además esa vida no es fácil, su papel como profesora le plantea más dudas que certezas, su vida personal parece ir en una dirección que a ella no le hace mucha gracia, desearía no tener que ir a trabajar, desearía quizás ser otra persona, como esa compañera que dejó por un tiempo el colegio y ha cambiado su vida. No es que tenga muchos apoyos por parte de su familia, en fin, todo es un lio y el tiempo se le muestra como algo móvil y cambiante en el que ella no sabe a donde se dirige y qué significa (si es que significa algo), lo que le sucede.
Estas son algunas de las cosas que Beatrice cuenta en Las crónicas de la señorita Hempel (Libros del asteroide), una novela hecha de ocho relatos en los que se nos cuenta la vida de esta mujer. Ocho historias desiguales, sí (siendo quizá las más destacadas las que abren y cierran la novela), que nos cuenta Sarah Shun-lien Bynum con una prosa que sugiere con suavidad y potencia las esquinas en luz y sombra de Beatrice Hempel, a la que al final de Encontronazo, la última de sus historias, deseamos buena suerte con la extraña seguridad de que seguirá con nosotros bastante tiempo. No es nada especial, más allá de una vida con todo lo que eso significa, una vida en ocho pinceladas que dejan un muy buen recuerdo.

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