Pues sí, 2008 es, entre otras cosas, el año internacional de la patata. A mí lo que me intriga es la etiqueta de "internacional", ya que pocas cosas pueden considerarse tan globales, aparte de la Coca-Cola, como la patata. Pero, años internacionales aparte, el nuevo año encierra ya toda una serie de expectativas que buscan que la sorpresa no aparezca por ningún lado. Llevo casi un mes viendo las infinitas listas de grandes eventos del 2008, los libros que vamos a leer, las películas que vamos a ver, los cacharros electrónicos que vamos a usar, cuál es el coche del año, la fiesta del año, el partido del año y el fiasco del año. Todas estas listas solapan con las correspondientes al año fenecido, y claro, entre lo que hemos hecho y lo que vamos a hacer, todo ya clarito y anotado, me quedan serias dudas sobre si vamos a hacer realmente algo.
Tenemos una necesidad casi patológica por preveer y resumir, por encauzar lo vivido y lo por vivir para que así nada nos perturbe. Yo, puestos a domesticar futuros, no paso de desear algunas cosas, tener tiempo para leer, para pensar, para cambiar de opinión, para sorprender y ser sorprendido, ... Y aunque la verdad es que soy algo miedica, quiero pensar que hay sorpresas a la vuelta de la esquina, que no sé los libros que voy a leer, ni las pelis que voy a ver, ni las músicas que voy a escuchar, que por no saber, no sé gran cosa de nada ni de nadie. En resumen, que el 2008 se presenta igual de incierto que los años transcurridos hasta él.
Bienvenido sea en todo caso este año bisiesto, año internacional de la patata y de la Tierra. A ver que tal.
1 comentario:
Bienvenido sea y que lo disfrutemos. Derecho tenemos a soñar, desear y estar esperanzados en algo. Mi sueño, deseo y esperanza: que mi familia y yo podamos seguir disfrutando de nuestro pequeño espacio de felicidad y que ...? supere las barreras y se abra al mundo.
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