viernes, 26 de enero de 2007

Nadie lee, todo el mundo escribe



Comencé a escribir con un bolígrafo BIC hace ya algunos años, sobre todo durante los meses de verano, sentado en el salón de mi casa, sudando y descalzo, mientras llenaba hojas de papel con palabras sin apenas tachaduras. No se si lo que escribía entonces se puede considerar como “bueno” (es muy probable que sea horroroso, como casi todo lo que nos sucede en los años de la adolescencia aunque no seamos capaces de apreciarlo hasta mucho más tarde, cuando lo consideramos como una traición del tiempo, de las cosas y de nosotros mismos hacia nuestra memoria). Escribía durante horas, con perseverancia y sin método alguno. Tenía historias que contar y las contaba. Historias que nadie leyó aunque siguen todavía guardadas en algún rincón. Con el tiempo dejé de contar esas historias, dejé de escribir. Supongo que por miedo a tachar una y otra vez, por miedo a recomenzar, por miedo a que no pudiera contar ninguna otra historia.

Y ahora, por una extraña razón, escribo de nuevo. Pero escribo en un mundo donde nadie lee. Escribo en un mundo donde casi todo el mundo escribe.

3 comentarios:

claurus dijo...

Mi marido me sedujo definitivamente el día que me regaló una especie de cuento o diario que había escrito para mí, en la que describía cosas que tenían que ver con su vida, y en las que yo aparecia a menudo. Su manera de decir las cosas hizo que deseara pasar el resto de mi vida con él.
Él siempre había escrito mucho, casi compulsivamente diríase también. Pero dejó de escribir el primer día que dormimos juntos. De eso hace casi siete años. Y ahora gracias a los blogs, parece que se ha animado a escribir de nuevo.

El pelicano dijo...

Hombre, Josquin, no debemos caer en el desaliento. Yo he conseguido leer bastantes de tus artículos (me niego a llamarlos ¿posts?). Y, encima, lo he pasado bien con lo que, seguramente, repetiré.

Lo que le pasa a la gente es que no escucha, no que no lea. Y tampoco tenemos habitualmente la posibilidad de decir lo que queremos decir, por lo que esto de dejarlo escrito es una magnífica vía para que llegue a alguien.

En último extremo, ya sabes, siempre nos quedará el recurso de escribir contraportadas: un género que SÍ se lee.

Un penique dijo...

:) Todo el mundo escribe!!! ja ja esta increible, es como cuando todos hablan a la vez y nadie escucha.

Que gusto, en realidad, que quienes vivimos esa etapa adolescente aún tenemos la inquietud de seguir escribiendo, de ser escuchados y compartir lo que pensamos.

La comunicación es la base del conocimiento, y del crecimiento :) yo creo...